Hija de Lilith
Hija de Lilith, no te trajo a este mundo la costilla de un hombre. No dio vida a tu barro el aliento de un dios cansado. Has nacido del vientre de la primera mujer, brisa meciendo las espigas doradas, lámina de plata sobre la primera ola, pavesa incandescente huyendo de la llama hacia el cielo como una plegaria. No eres ángel redentor, ni acaricias las escamas del guardián del manzano. No quieres que llore a tu lado, ni elevarte a las alturas. No esperarás mi regreso tejiendo tristes sudarios. Hija de Lilith, luna radiante a la que aúllan los lobos, la que mece las mareas, la venerada por los locos, trazas tu propio camino con la férrea voluntad del que ha perdido todo o todo lo tiene. Trazas sendas en otras pieles, como los ríos siembran valles, con la constancia del cautivo que marca en los muros tantas líneas como días. Hija de Lilith, no hay piedad para aquel que no supo adorar tu rostro. Tu eres la primera mujer sonriendo a...