Soledad no de estar sola,  soledad de meterse dentro,  llegar hasta lo profundo.  Atarse a las muñecas golondrinas  y emprender el vuelo,  más allá de tu mundo.   Soledad no de silencio,  soledad de la música que me habita.  Esa que emerge donde la luz asoma;  que desprende capas que me envuelven,  los hilos que me componen.   Soledad que no da miedo,  soledad que saca la guerrera  que grita a voz quebrada  de rabia por la injusticia.   Soledad no de fuego que consume,  soledad de agua que sana  y fluye surcando las rocas.  Esa que deja huella do pasa.   Soledad no la de la infinita espera,  soledad de salir a buscar  el sol que de en la cara.   Soledad no de falta de amor,  soledad de savia que me recorre,  de semilla que brota y trae vida  cada nueva primavera.