Del amor y la lluvia
Este sabor de lágrimas Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste de una tristeza apenas explicable con palabras, y de una imperturbable soledad, que por ti nace y existe. Siempre de gris, mi corazón se viste: polvo y humo, ceniza abominable, y la envolvente bruma irrenunciable que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste. Gris a mí alrededor. Contra mi mano la nube espesa se va abriendo en vano porque el fuego que soy, no está encendido y hay niebla en lo que miro y lo que toco. Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco porque está gris, y llueve, y no has venido. Lluvia Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve: siempre el amor me llega con la lluvia. Sobre la calle una llovizna breve y aquí en mi corazón, cómo diluvia... Llueve. Y el agua cae sin relieve sobre las piedras, ávidas de lluvia. Aquí en mi corazón, cómo remueve; aquí en mi corazón, cómo diluvia. Siempre el amor me llega a...