Iluminador de estrellas

No puedo pedirte, ¡Oh manso Señor!,
que poses una en mis manos.
Iluminador de estrellas.
Brillo enceguecedor para los que no saben mirar,
bajas del firmamento desde el otro lado de la mar.
Llegas hasta el paraíso mediterráneo en el que te canto.
Haces crecer la hierba en la arena de los sueños,
simiente de colores, te quedas en mi.
Creo en el infinito de tus labios hechos verbo.
Me pierdo en tus pupilas y se diluye el espacio-tiempo.
¡Oh manso Señor! somos uno. 
Iluminador  de estrellas.



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